4.1.4. Resumen de los indicadores de comportamiento empresarial

Del análisis de los indicadores de comportamiento empresarial se desprende que las empresas de la CAPV continúan manteniendo una buena posición en lo referente a la productividad y los costes laborales. Aunque en el último año se estanca algo, se observa una recuperación pronunciada de la productividad, especialmente en la industria manufacturera. En términos de costes laborales por asalariado (CLA), la CAPV sigue presentando valores inferiores a los de Alemania, pero superiores a los de la media de España y del conjunto de la UE-28. De la combinación de ambos indicadores, se observa un proceso de mejora competitiva de la CAPV en términos de costes laborales unitarios (CLNU) y especialmente de los costes laborales reales unitarios (CLRU), lo que favorece la recuperación de los márgenes empresariales.

Las empresas han tenido, con carácter general, unas estrategias financieras aversas al riesgo. Han seguido reduciendo endeudamiento y afianzando sus fondos propios, dotándoles de mayor solidez. Adicionalmente, la empresa vasca presentaba en 2017 una rentabilidad del activo (ROA) superior al coste del endeudamiento, por lo que se encontraba en apalancamiento financiero positivo. Aunque el ROA general de las empresas vascas muestra una recuperación, las empresas vascas muestran una menor capacidad para obtener rentabilidad de la actividad que las empresas de otros territorios, especialmente en lo relativo a los activos financieros (ROA financiero). El nivel de la rentabilidad propia de sus activos operativos (ROA de operaciones), indicador este último que reflejaría mejor la competitividad de la actividad productiva desarrollada en el territorio, es similar a la de los países europeos de referencia.

El comportamiento empresarial en los aspectos relacionados con la innovación no muestra grandes cambios respecto a los pasados años de salida de la crisis. El porcentaje de establecimientos (10 o más empleados) con algún tipo de innovación es menor que en otros territorios tanto en industria como en servicios, aunque el retraso se concentra sobre todo en las empresas de menor tamaño. Sin embargo, se observan importantes diferencias entre el desempeño de las empresas en la innovación tecnológica y la no tecnológica. La CAPV está mejor posicionada en la innovación tecnológica, con ratios de innovadoras tecnológicas particularmente elevadas en las empresas de mayor tamaño, a lo que se añade el desarrollo de una notable cultura de cooperación. La relativa fortaleza de la CAPV en innovación tecnológica descansa fundamentalmente en la innovación de proceso, incluso entre las pequeñas empresas. Sin embargo, se observan peores registros en la innovación no tecnológica, tanto organizativa como de marketing, especialmente en las empresas medianas y, sobre todo, en las pequeñas. Finalmente, siendo la capacidad de combinar innovaciones tecnológicas y no tecnológicas una fuente importante de ventaja competitiva, las empresas de la CAPV también presentan un ámbito de mejora en este aspecto, ya que se sitúan por detrás de la UE y Alemania.

Con todo ello, parece que desde la recuperación la empresa vasca mantiene una situación continuista y adopta un perfil conservador en su esfuerzo y tipo de innovaciones y su estrategia financiera. Pese a lo anterior, o gracias a ello, logra mantener una buena capacidad de competir en términos de productividad y costes.