Las vacaciones de verano son siempre tiempo para disfrutar del mundo, de la naturaleza, de las personas así como de reflexión. En este caso, y tras una primavera ajetreda con temas como los precios de la energía y la competitividad industria, la transición energética en Alemania y otros muchos, ha regresado a mi mente la energía desde su perspectiva más sostenible y por ello he retomado el tema de la entrada que realice en enero, siguiendo los pasos de mi compañera Ana Carmen.

Ocho meses han transcurrido ya desde que se alcanzara un acuerdo mundial como resultado de la vigésima primera conferencia en París: más de 170 países han firmado ya los acuerdos contra el cambio climático. Disponían de plazo hasta el 2020 para hacerlo, pero no han dejado pasar la oportunidad que brindaba la celebración del Día de la Tierra el pasado 22 de abril.

Además, la vuelta al cole ha venido acompañada de una gran y buena noticia: China y Estados Unidos acaban de ratificar el acuerdo climático global de París. En efecto, es una muy buena noticia teniendo en cuenta que de manera conjunta son responsables de aproximadamente el 40% de las emisiones de carbono en el mundo.

Esto no significa que el acuerdo entre ya en vigor, pues requiere de la ratificación de 55 países que representen al menos el 55% de las emisiones mundiales. Hasta la fecha sólo 24 países (que representan el 1,08% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero) habían depositado su instrumento de ratificación en las Naciones Unidas.

Sin embargo, y como ya comentaba el reto es grande, no es suficiente con firmar un acuerdo, es necesario actuar. Un buen símil sería el apuntarse al gimnasio en septiembre con el fin de mantener una vida más activa y saludable durante el invierno. No basta con apuntarse, es necesario acudir de manera habitual para lograrlo.

Sin embargo, y continuando con el símil, el propósito es muy positivo y merece la pena, además, puede ser una oportunidad para conocer a nueva gente, reducir peso,etc. De la misma manera, el compromiso de París es una ocasión que no hay que dejar pasar y no solo en términos medioambientales. De acuerdo con cifras de Bloomberg New Energy Finance, avanzar hacia el cumplimiento de los compromisos supondría una oportunidad de inversión de 12,1 billones de dólares.

Esta oportunidad que se abre, podría ayudar a nuestro maltrecho sector industrial, más en la medida en que se avistan cambios a nivel subnacional, donde la Alianza de las Regiones y Estados del The Climate Change Group, también han establecido objetivos ambiciosos y transparentes para luchar contra el cambio climático, proteger e involucrar al ciudadano e impulsar sus economías. La propia CAPV se ha comprometido a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero en un 40% para 2030, tomando como referencia el año 2005.

Conviene además, en esta vuelta al cole, estar atentos a las propuestas que desde la Comisión Europea se van a plantear este otoño sobre temas como el desarrollo de renovables, la reforma del mercado de permisos de emisión, etc. Cuestiones sobre las que surgirá un gran interés y plantearán nuevos puntos de partida.

Avión solar - dispuesto para dar la vuelta al mundo

Avión solar - dispuesto para dar la vuelta al mundo.

Reconfigurar nuestro modo de vida y nuestra industria es un reto que se nos plantea con el fin de lograr una economía sostenible económica y medioambientalmente. “Locos” o “visionarios” como los que han dado la primera vuelta al mundo en un avión propulsado por energía solar, están ya en ello.


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