En Europa, muchos territorios de tradición industrial se enfrentan al mismo dilema: ¿cómo pueden las regiones que en su día prosperaron gracias al acero, la maquinaria y el carbón reinventarse para un futuro en el que rigen los datos, el conocimiento y los servicios? El proyecto TerriServ abordó esta cuestión analizando dos regiones postindustriales emblemáticas de Europa: el País Vasco y el valle del Ruhr en Alemania. Ambas regiones comparten una historia industrial y ahora se esfuerzan por construir economías basadas en el conocimiento.

En el núcleo de esta transformación se encuentra un factor clave, aunque a menudo subestimado: la Servitización Territorial. Este concepto plantea que el futuro de las economías regionales puede depender de la capacidad para integrar la manufactura y los servicios en torno a nuevas propuestas de valor. Las empresas industriales ya no compiten únicamente por la calidad de sus productos físicos, sino por los servicios, experiencias y soluciones que los complementan. Sin embargo, la transición de una innovación basada en la producción a una innovación impulsada por el servicio no ocurre de manera automática ni sencilla.

Los servicios en este contexto se refieren específicamente a los servicios empresariales intensivos en conocimiento (SEIC). Se trata de empresas que ofrecen conocimiento especializado en áreas como ingeniería, digitalización, I+D, logística y consultoría de gestión. Permiten a las empresas manufactureras innovar, ser más eficientes y mantener su competitividad a nivel mundial. Actúan como conectores entre la tecnología y las necesidades empresariales, ayudando a las empresas industriales a digitalizarse, introducir nuevos modelos de negocio y responder a los retos globales de sostenibilidad. En resumen, sin los SEIC, la transformación se podría estancar.

El poder de la colaboración: cuando los SEIC conectan con la industria

La realidad muestra que muchas regiones aún enfrentan dificultades para vincular sus SEIC con su base industrial. La investigación de TerriServ revela que, cuando estas conexiones son débiles o inexistentes, la transformación regional tiende a desacelerarse. A través del análisis de estas dos regiones, el estudio demuestra cómo es posible fortalecer la relación entre la industria y los SEIC, al mismo tiempo que pone de relieve las exigencias y desafíos que este proceso implica en la práctica.

En el País Vasco, los diferentes niveles de gobierno, las asociaciones de clústeres y las agencias de desarrollo cuentan con una sólida trayectoria en el fomento de la colaboración entre el ecosistema de innovación y el tejido industrial. Iniciativas estructuradas, como redes especializadas, plataformas de innovación y programas de desarrollo conjunto, han dado lugar a colaboraciones prometedoras. Este entorno ofrece un potencial considerable para fortalecer la conexión entre la industria y los SEIC. No obstante, la mentalidad predominante en parte del sector industrial, especialmente entre las pymes, que tienden a priorizar las tecnologías probadas frente los nuevos modelos de servicio, siguen ralentizando el ritmo del cambio.

El valle del Ruhr está haciendo un camino algo diferente. Su denso elenco de universidades, instituciones de investigación y empresas SEIC emergentes proporciona un terreno fértil para la innovación, pero la gobernanza descentralizada de la región y su diversa base industrial hacen que la coordinación sea más compleja. Por ello, muchas SEIC del Ruhr están impulsando la transformación por sí mismas, consolidando la región como un centro en expansión de conocimiento especializado en áreas como la ciberseguridad, la tecnología verde y la ingeniería digital.

¿Qué frena el desarrollo de las regiones?

Ambas regiones comparten obstáculos similares. Las empresas industriales, especialmente las pymes, suelen mostrarse dudosas a contratar a proveedores de servicios que no conocen. Muchas prefieren resolver los problemas internamente en lugar de recurrir a expertos externos. Por otro lado, las SEIC a veces «no hablan el idioma» de la industria: su propuesta de valor sigue siendo abstracta y los clientes potenciales tienen dificultades para ver los beneficios concretos. El resultado es lo que en literatura se denomina un «fallo de red»: existen socios potenciales, pero no se encuentran entre sí o no logran generar confianza. Este desajuste dificulta el pleno aprovechamiento del potencial innovador del territorio. En el País Vasco, intermediarios como SPRI, las asociaciones de clústeres y las agencias de desarrollo local han comenzado a abordar esa brecha organizando eventos de networking y proyectos piloto de colaboración. En el valle del Ruhr, iniciativas similares están ganando terreno, con el apoyo de nuevos hubs y spin-offs universitarias.

Otro desafío común es el relacionado con el talento. Aunque ambas regiones cuentan con sistemas educativos sólidos, enfrentan dificultades para retener a las personas con alta cualificación. Parte del talento joven, especialmente en los ámbitos digital y técnico, tiende a migrar en busca de mejores oportunidades. Por ello, generar empleos atractivos y basados en el conocimiento se ha convertido en una necesidad para las regiones postindustriales.

Europa aprende comparando

Una de las principales fortalezas del proyecto TerriServ ha sido la colaboración europea. Personal investigador de la Universidad del Ruhr de Bochum, la Universidad de Deusto y Orkestra ha trabajado conjuntamente con responsables de políticas públicas y con agentes interesados de ambas regiones para comprender cómo las estructuras, las culturas y las políticas regionales influyen en la TS. Este aprendizaje transfronterizo ha resultado muy valioso. El enfoque estructurado y basado en políticas del País Vasco ha evidenciado el valor de la planificación a largo plazo y la alineación institucional. El valle del Ruhr, por su parte, puso de manifiesto la creatividad que puede surgir en un entorno más descentralizado y participativo. Al comparar ambos contextos, el proyecto mostró que no existe un único modelo de éxito, sino una necesidad compartida de coordinación, experimentación y aprendizaje continuo.

Esta perspectiva europea es importante y, aunque el declive industrial se considera a menudo un problema local, las soluciones son cada vez más globales. El conocimiento viaja, al igual que las personas, las habilidades y los servicios. Mediante el intercambio de ideas y estrategias, y el aprendizaje mutuo, las regiones europeas pueden acelerar su transformación colectiva.

Mirando hacia el futuro: conectando los puntos

El mensaje principal del proyecto TerriServ es claro: los SEIC no son solo un complemento de la economía, sino agentes activos del cambio que unen la industria, la innovación y el desarrollo regional. Sin ellos, la transformación industrial corre el riesgo de convertirse en un mosaico de esfuerzos aislados. Con ellos, las regiones pueden construir ecosistemas prósperos integrando lo mejor de su patrimonio industrial con las oportunidades de un mundo digitalizado e impulsado por los servicios.

Para quienes diseñan y aplican políticas públicas, esto implica reforzar las entidades intermediarias que conectan a las empresas, dar mayor visibilidad a los SEIC y apoyar las redes que impulsan la experimentación y la colaboración. Para el tejido empresarial, supone reconocer que la innovación surge cada vez más de las alianzas y del intercambio de conocimiento. En última instancia, la experiencia del País Vasco y del valle del Ruhr demuestra que las regiones posindustriales de Europa están lejos de representar historias de declive. Con las conexiones adecuadas, entre los servicios y la industria, entre el conocimiento y la práctica industrial, y entre los territorios subregionales, las regiones y los Estados, pueden convertirse en espacios de renovación y en fuentes de crecimiento sostenible.


miren estensoro

Miren Estensoro

Miren Estensoro es investigadora sénior de Orkestra-Instituto Vasco de Competitividad y docente en Deusto Business School. Es Doctora en Economía por la Universidad del País Vasco. Su investigación se centra principalmente en el desarrollo local y urbano, desarrollo económico local, la gobernanza territorial y la articulación multinivel de las políticas competitividad. La investigación acción (action-research) es la aproximación principal en su trabajo.

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Timon Urs Knapp

Timon Urs Knapp tiene un máster en Ingeniería de Ventas y es investigador asociado en la Cátedra de Ingeniería de Ventas y Servicios Industriales de la Universidad del Ruhr en Bochum, Alemania. En su investigación, emplea métodos cualitativos y se centra en el fenómeno estratégico de la servitización internacional y sus implicaciones en la colaboración inter e intraorganizacional.