Las cooperativas desempeñan en el mundo un papel destacado en el desarrollo social y económico. Este modelo empresarial, basado en principios de inclusión y equidad, no solo contribuye al crecimiento económico, sino que también fortalece el bienestar de las comunidades donde está presente. Así lo reconoce la Asamblea General de las Naciones Unidas, que en su sesión del 17 de julio de 2023 enfatizó la relevancia de las cooperativas para el desarrollo sostenible.
Según la Comisión Europea(1), las entidades de la Economía Social emplean a más de 11.5 millones de personas, representando el 6.3 % de la población ocupada en la UE. Este ecosistema no solo fomenta relaciones laborales más equitativas, con menor brecha salarial de género y una gestión más diversa e inclusiva, sino que también favorece la integración de grupos con mayores dificultades de acceso al mercado laboral como las personas mayores de 55 años y más específicamente las mujeres mayores de 45 años, personas trabajadoras con discapacidad y aquellas en riesgo de exclusión social. La resiliencia de estas entidades se ha manifestado especialmente en tiempos de crisis, como la pandemia de COVID-19, donde jugaron un papel clave en la prestación de servicios esenciales y el apoyo a las comunidades más vulnerables.
Esto se puede constatar en el caso de Euskadi y en el de sus cooperativas donde el impacto de este tipo de empresas es significativo. Según datos de Eustat, en 2023, 1 848 empresas cooperativas generan empleo para 55 268 personas. La presencia de las cooperativas es especialmente relevante en comarcas como Debagoiena, donde el 41.7 % del empleo total es cooperativo, o en Bizkaia-Kosta y Tolosa-Goierri, con porcentajes del 11.8 % y 11.2 %, respectivamente.
En un estudio realizado por Orkestra junto a Kooperatiben Kontseilua, se ha analizado la influencia de las cooperativas en indicadores clave de igualdad, como la población en riesgo de pobreza o exclusión social, la brecha salarial de género, la renta mediana anual y la ratio de desigualdad (S80/S20). Los resultados muestran que las comarcas con mayor porcentaje de empleo cooperativo presentan mejores posiciones relativas en estas variables.
Por ejemplo, Debagoiena, con el porcentaje más alto de empleo cooperativo, se sitúa en el primer cuartil en indicadores de renta y pobreza, y en el segundo cuartil en brecha salarial y desigualdad de ingresos. Además, ninguna de las cinco comarcas con mayor presencia cooperativa se encuentra en el último cuartil de la ratio S80/S20, una variable que mide la brecha entre los ingresos del 20 % con más ingresos y el 20 % con menos ingresos. Cabe señalar que la organización de los indicadores en cuartiles no refleja posiciones absolutas del indicador de igualdad sino posiciones relativas entre todas las comarcas.
Fuente: Informe de Competitividad del País Vasco 2024. Elaboración propia a partir de los datos de la Encuesta de Pobreza y Desigualdades Sociales (EPDS) de Gobierno Vasco (Dpto. de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales) y Eustat.
El impacto de las cooperativas no se limita a los indicadores de igualdad. También se observa una correlación positiva con otras variables que refuerzan el bienestar, como el porcentaje de empleo industrial y la reducción del paro registrado. Esto refuerza el papel de las cooperativas como agentes de cohesión social y desarrollo sostenible.
Según el documento de la Comisión Europea anteriormente mencionado(1), además de su contribución al empleo, la Economía Social se caracteriza por su especialización en sectores que mejoran la calidad de vida de las personas, como la educación, la sanidad y los servicios de atención y cuidado. Un aspecto clave de este modelo es su compromiso con la sostenibilidad ambiental, reflejado en iniciativas de gestión del agua, energías renovables y consumo responsable. La flexibilidad y la capacidad de adaptación de las organizaciones de la Economía Social han permitido su integración en múltiples ecosistemas industriales, desde el agroalimentario hasta las industrias culturales y creativas, facilitando el desarrollo de modelos productivos más justos y sostenibles.
Sin embargo, a pesar de su relevancia económica y social, su visibilidad sigue siendo un desafío en varios Estados miembros, lo que resalta la necesidad de mayor reconocimiento institucional y mejores herramientas estadísticas para medir su impacto real en la economía europea. En este sentido, a la luz del impacto positivo de las cooperativas en las sociedades en las que se insertan, la Resolución de la Asamblea 76/135 General de Naciones Unidas destaca la importancia de revisar las legislaciones nacionales para crear un marco jurídico que favorezca el crecimiento y consolidación de las cooperativas. El fortalecimiento de este modelo requiere seguir explorando su impacto en distintos ámbitos y promoviendo políticas que permitan maximizar su contribución al desarrollo regional.
- (1) Benchmarking the socio-economic performance of the EU Social Economy. Improving the socio-economic knowledge of the proximity and social economy ecosystem Contract: EISMEA/2022/OP/0015 (Lot 1) (2024) Chiara Carini, Giulia Galera, Giulia Tallarini, Rafael Chaves Avila, Barbara Sak, Jérôme Schoenmaeckers. European Innovation Council and SMEs Executive Agency (EISMEA) Unit I.02 SMP/SME Pillar, Internal Market and Support to Standardisation. ISBN 978-92-9469-767-7. doi: 10.2826/880860. EA-02-24-285-EN-N. Luxembourg: Publications Office of the European Union, 2024
Rakel Vázquez
Raquel Vázquez, IT & Big Data en Orkestra, es Ingeniera Informática. Cursó sus estudios en la Facultad de Informática de la Universidad del País Vasco.
Jabier Retegi
Jabier Retegi, investigador sénior asociado en Orkestra, es Doctor Ingeniero por la UPC, Ingeniero en Organización Industrial y Master en Ciencias Aplicadas (M.Sc.A.) ambos por la Escuela Politécnica de Montréal e Ingeniero Mecánico por MU.