Hace casi dos años escribimos un post con algunas reflexiones sobre la ciencia social ciudadana. Volvíamos del I Encuentro Nacional de Ciencia Ciudadana, Ciencias Sociales y Humanidades en el que compartimos los objetivos del proyecto europeo YouCount, en el que participamos y que entonces empezaba. YouCount es un proyecto que reúne a personas jóvenes con stakeholders locales en 9 países europeos para co-crear nuevos conocimientos e innovaciones que contribuyan a aumentar la inclusión social de la juventud. YouCount parte de la premisa de que las personas jóvenes saben más que nadie sobre sus vidas, esperanzas y sueños y por ello participan en el proyecto como científicas ciudadanas. Esta aproximación a la investigación se conoce como ciencia social ciudadana.
La ciencia social ciudadana surge de la literatura sobre ciencia ciudadana. Esta última se distingue por presentar un esquema de colaboración con la ciudadanía en todo el proceso de investigación (o en alguna de sus fases), dónde el carácter formativo del proceso apoya a la ciudadanía en su transformación en personas científicas ciudadanas. Mientras que en la ciencia ciudadana la fase de recolección de datos se enfoca en la observación de fenómenos naturales (por ejemplo la observación de pájaros o especies vegetales), la ciencia social ciudadana pone el foco en la realidad social.
Aunque comparte con la ciencia ciudadana nociones como la participación masiva y la escala de la recolección de datos, la ciencia social ciudadana se nutre de datos que aporta la ciudadanía sobre sus propias experiencias vitales. La escala en la recolección de datos se obtiene a través de la tecnología y de nuestra experiencia en YouCount descubrimos que diseñar una aplicación para la recolección de estos datos (cuando los datos son experiencias vitales) es en sí mismo un problema complejo. Hemos aprendido que incorporar desde el principio a las científicas ciudadanas que van a usarla y a las entidades encargadas de la protección de datos en Europa facilita su uso como herramienta de valor en la investigación.
Otro aspecto de la ciencia social ciudadana que vale la pena destacar es la importancia de la formación. Para participar como científicas ciudadanas, las personas jóvenes que participan en YouCount han atravesado un proceso en el que han aprendido a formular preguntas de investigación, a diseñar la recogida de datos, a realizar su análisis y a comunicar y difundir sus resultados. Si conectamos con lo que nos decía Heidi Ballard en la reunión del consorcio de universidades europeas que participan en YouCount la semana pasada en San Sebastián , sobre que “la gente que sabe de ciencia tiene poder”, podemos decir que la ciencia social ciudadana es una forma de empoderamiento de la ciudadanía. Además, el papel de la formación y la comunicación científica en la ciencia social ciudadana la convierte en un excelente campo de juego para que personas que habitualmente no tienen la oportunidad, se embarquen en un proceso de aprendizaje sobre la ciencia y la comunicación de la ciencia con otros grupos de interés. Puede así abrir oportunidades a las científicas ciudadanas para emprender un camino de aprendizaje individual y personal sobre el proceso científico, lo que contribuye a acercar la ciencia a la sociedad en un momento en el que pareciera que la brecha entre ambos mundos se ha agrandado.
Por último, si consideramos que en YouCount, el conocimiento que aportan las científicas ciudadanas son sus vivencias diarias de inclusión y exclusión, ciertamente estamos hablando no solo de experiencias, sino también de emociones. ¿Dónde se quedan? ¿Qué pasa con esas emociones una vez que, de la app, los living labs, los foros dialógicos y los espacios informales emerge un conocimiento que ha sido co-generado desde esas experiencias? Volvemos, sin respuesta, a la pregunta lanzada en aquel encuentro de ciencia ciudadana del que hablábamos al inicio de este post: “¿estamos dispuestos a contaminar la ciencia con emociones?”.
Lo que hemos aprendido hasta ahora permite adivinar el potencial de la ciencia social ciudadana para el logro de una competitividad al servicio del bienestar inclusivo y sostenible, que requiere un abordaje desde la cuádruple hélice y procesos multi, inter y transdisciplinares. No obstante, es necesario seguir generando procesos de aprendizaje a través de proyectos experimentales en el plano local, para aprender haciendo y explotar al máximo el potencial de la ciencia ciudadana en beneficio de nuestra sociedad.
Patricia Canto
Patricia Canto es investigadora en Orkestra. Doctora en Ciencias Sociales por la Universidad de Deusto, tiene un Máster de Investigación (MPhil) en Estudios sobre el Desarrollo por el Instituto de Estudios sobre el Desarrollo de la Universidad de Sussex y un Máster (MA) en Relaciones Internacionales por la misma universidad. Es licenciada en Relaciones Internacionales por la Universidad Nacional Autónoma de México.
Usue Lorenz
Usue Lorenz, facilitadora de investigación de Orkestra, es licenciada en Ciencias Económicas y Empresariales, especialidad Gestión Internacional, y ha completado su formación con un máster en gestión internacional y varios cursos relacionados con la competitividad de los territorios (cursos y conferencias relacionadas con la innovación, el desarrollo territorial y programas de innovación europeos).