Este texto recoge las reflexiones realizadas en el contexto de varios proyectos por Francisco Alburquerque, Ainhoa Arrona, Patricia Canto, Pablo Costamagna, Miren Estensoro, James Karlsen, Miren Larrea y Silvina Romano.
Orkestra se ha planteado el reto de integrar con más fuerza la dimensión social en el ámbito de la investigación en desarrollo territorial y busca hacerlo con un enfoque pluralista, que asume que no hay una única perspectiva ni un único camino para conseguir este objetivo. La reflexión que aquí se comparte viene de la experiencia acumulada en una serie de proyectos en el ámbito del desarrollo territorial y la investigación acción y pretende ser una mirada entre otras a la hora de trabajar la dimensión social en el instituto.
El concepto de desarrollo territorial ha ido evolucionando en los últimos años hacia aproximaciones integradoras que además del desarrollo económico incluyen el social, el medioambiental y el institucional.
Sin embargo, muchas prácticas del ámbito del desarrollo económico en la CAPV tanto en las políticas como en la investigación han seguido teniendo un vínculo testimonial con las otras dimensiones. Esta centralidad dificulta poner en valor cómo las otras dimensiones están influenciando al proceso a través de la interacción. Estas interacciones son relevantes si se adopta la idea de sistemas complejos, que no subestima el valor de lo económico sino que critica la linealidad de pensar sólo en lo económico. Asimismo, aparece un modo de hacer “territorio” vinculado a la idea de la construcción social donde participan personas y grupos, lo cual nos interpela hacia intervenciones que contengan construcciones colectivas.
Para analizar estas interrelaciones entre las dimensiones del desarrollo territorial, es interesante volver a la definición del término social. Según la RAE social es lo “relativo a la sociedad” y sociedad es la “agrupación natural o pactada de personas […] con el fin de cumplir, mediante la mutua cooperación, todos o alguno de los fines de la vida”. Desde esta perspectiva es imposible separar la dimensión social de otras dimensiones como la económica, la medioambiental o la institucional. Esto nos lleva a una acepción transversal de la dimensión social que se focaliza en los modos en que se construye la cooperación en cualquiera de las dimensiones del desarrollo territorial.
Esta mirada conecta con la definición de cohesión social de la CEPAL, donde se define el concepto como “…la dialéctica entre mecanismos instituidos de inclusión y exclusión social y las respuestas, percepciones y disposiciones de la ciudadanía frente al modo en que ellas operan…” ( Ottone y Sojo), entre los mecanismo de inclusión se incluyen por ejemplo el sistema de empleo, salud o seguridad social, entendida la existencia de subjetividad; pues en cada sociedad se deben definir y discutir acuerdos en el sentido de qué es aceptable y qué no. En otras palabras se entiende como el nivel de acuerdo entre los ciudadanos, incluyendo los distintos niveles de gobiernos, en relación al subjetivo concepto de justicia social, permitiendo un empoderamiento de la ciudadanía en la definición de la dimensión social.
La conexión de esta aproximación con el concepto de innovación social es también evidente. Si bien el reconocimiento de ‘lo social’ para la innovación es aceptada por muchos, lo que entendemos por innovación social puede diferir. En el ámbito del desarrollo territorial y, en concreto, en el marco de los proyectos de investigación-acción que venimos desarrollando en el instituto, la innovación social se refiere a la generación de nuevos modos de relaciones entre los actores del territorio. La innovación social es, por tanto, el proceso que busca innovar en las relaciones sociales entre dichos actores y, como consecuencia, se refiere a un proceso de transformación social. En el seno de nuestros proyectos, venimos haciendo un esfuerzo para entender la naturaleza de las dinámicas sociales que se generan entre los actores del territorio en busca de modos de relacionarse y prácticas de gobernanza más apropiadas para el desarrollo territorial.
Otro concepto clave para la materialización de esta aproximación centrada en las formas de relación y cooperación de los actores ha sido el del capital social. La construcción de relaciones de confianza, visiones compartidas y unas redes en que los diferentes actores tengan lugar y voz, son a nuestros entender, una forma de buscar un desarrollo más inclusivo.
Pero esta aproximación transversal a la integración de la dimensión social en el desarrollo territorial no conlleva únicamente nuevos conceptos en el debate académico, requiere también nuevas estrategias para integrar la investigación como palanca de cambio social. La investigación acción es una estrategia para el cambio que integra investigación y cambio social y puede ayudar a canalizar todos los conceptos anteriores en procesos de cambio real en la sociedad. Lo hace a través de procesos de empoderamiento y construcción de capacidades colectivas en los que participan investigadores y otros actores del territorio.
Esto nos lleva a la necesidad de plantear un nuevo concepto de comunicación en el territorio, entendido como un proceso dialógico en el que los participantes construyen espacios de confianza, escuchan, debaten, aprenden y comparten conocimiento y capacidades. La comunicación, entendida como un proceso social, facilita el cambio sostenible mediante la construcción de un lenguaje y una visión compartidos. En ese sentido se aleja de la comunicación corporativa caracterizada principalmente por la emisión de mensajes. Esta última es necesaria, en tanto que contribuye a establecer coherencia e identidad en una organización y se encarga de dar a conocer su misión y actividades. No obstante, ante el reto de integrar con más fuerza la dimensión social en el ámbito de la investigación en desarrollo territorial, será necesario impulsar paralelamente procesos de comunicación social para el cambio, tanto en proyectos de investigación concretos, como en las relaciones del Instituto con sus diferentes stakeholders.
Miren Larrea
Miren Larrea es investigadora sénior de Orkestra. Comenzó su carrera profesional como ayudante de investigación en la Universidad de Deusto, donde realizó su tesis doctoral sobre los sistemas productivos locales de la Comunidad Autónoma del País Vasco.
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