La COVID-19 es mucho más que una crisis sociosanitaria, quien haya transitado por los diferentes post publicados por Orkestra seguro que tiene claro los múltiples impactos de esta crisis. Lo que sí está claro, es que el virus ataca a la propia esencia de la sociedad.

En el nuevo contexto de renovación y recuperación de la crisis, la Agenda 2030 y los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) tiene más fuerza que nunca. Una agenda que trabaja por la acción colectiva en la búsqueda de un mundo más justo, más próspero y más sostenible, bajo el lema no dejar a nadie atrás, una agenda que busca el crecimiento económico, social y medioambiental.

Iniciábamos 2020 trabajando en la denominada “década de implementación” de la Agenda, clave para la consecución de sus objetivos. Tanto diferentes niveles territoriales como entidades públicas estaban intensificando su participación y diseño de acciones para aportar a la consecución de los 17ODS. Pero también las entidades privadas, que habían detectado como la Agenda 2030 podían ayudarles a mejorar su competitividad en el medio y largo plazo, a través de la integración de la Agenda en su estrategia.

Sin embargo, la crisis sanitaria, ha supuesto reajustar las prioridades y poner el foco de todas las actuaciones durante la pandemia se pusiera en el ODS3. Salud y Bienestar para dar una respuesta inmediata y exitosa en el corto plazo.

Durante este periodo se han deteriorado aspectos de la dimensión social y económica, en contraste de la mejora de la dimensión medioambiental. Esto supone un paso atrás en la consecución de los objetivos de la Agenda 2030. Por ejemplo, el cierre de empresas, la reducción de las jornadas de trabajo, las irregularidades que desembocan en no contar con una prestación por desempleo, el no acceso a la digitalización del 100% de la sociedad, por ejemplo, amplificarán en el largo plazo drásticamente los ciclos de pobreza y desigualdad impactando negativamente, principalmente, y en nuestra sociedad en los: ODS4. Educación, ODS8. Trabajo decente y crecimiento económico y ODS9. Industria, Innovación e Infraestructura. Todo ello afecta a la vulnerabilidad económica y financiera de las empresas que tras la crisis, evidentemente se están teniendo que enfrentar a unos niveles muy superiores a antes del comienzo de la misma.

Estos ODS tienen por supuesto relación con el ODS10. Reducir las desigualdades e impactan principalmente en grupos vulnerables como son las niñas, la juventud y las mujeres.


¿Es por tanto la agenda global para el desarrollo sostenible todavía relevante?

Más que nunca, la Agenda 2030 es aún más vigente en el momento actual, pero será necesario repensar una nueva forma de contrato social para la etapa de recuperación donde diferentes tipos de entidades y agentes sean actores con voz.

Un nuevo contrato social basado en el bienestar de las personas, no dejando nadie atrás y que se apoye en la acción colectiva para responder a los grandes retos globales, pero también a los retos locales de la competitividad regional al servicio del bienestar.

Es en el momento de renovación y recuperación, donde empresas y otras entidades privadas pueden encontrar en la Agenda 2030 una guía para enfocar sus acciones. Los recursos asociados a la agenda incluyen ejemplos para enfocar sus acciones: proponen por ejemplo un análisis de situación para conocer cómo la crisis afecta a todos sus grupos de interés y particularmente a las personas empleadas, proveedores, clientes, personas consumidoras e inversoras; orientaciones a evitar impactos negativos sobre cada uno de estos grupos particularmente.

La Agenda también puede ser una guía para impulsar un sistema orientado a la inversión sostenible a largo plazo, así como oportunidades de negocio para soluciones, proyectos y servicios en ámbitos como la economía circular o la salud.

Ahora más que nunca y sin excepción es necesario que todos los actores de la sociedad lleven a cabo las transformaciones necesarias, de diferentes maneras, y adaptadas a su realidad, para alcanzar un futuro común de prosperidad, más allá de la COVID-19.

Ahora más que nunca, la canción del fallecido Rey del Pop de 1991, tiene más sentido que nunca…

Heal the world
Make it a better place
For you and for me
And the entire human race

Heal the world (Michel Jackson, 1991, Dangeorus).


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Usue Lorenz

Usue Lorenz, facilitadora de investigación de Orkestra, es licenciada en Ciencias Económicas y Empresariales, especialidad Gestión Internacional, y ha completado su formación con un máster en gestión internacional y varios cursos relacionados con la competitividad de los territorios (cursos y conferencias relacionadas con la innovación, el desarrollo territorial y programas de innovación europeos).

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Mercedes Oleaga

Mercedes Oleaga, técnica sénior de Orkestra, es Licenciada en Sociología y cuenta con un Diploma de Estudios Avanzados en Economía Internacional y Desarrollo y un Postgrado en Investigación Social Aplicada, todo ello por la Universidad del País Vasco.

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Etiquetas: Lab de bienestar