La crisis sanitaria provocada por el COVID-19 está contando con otro protagonista: las nuevas tecnologías. Las incalculables ventajas que estas proporcionan a la sociedad no son desconocidas, sin embargo, en situaciones excepcionales como la que estamos viviendo, su capacidad de influencia en todas aquellas facetas de nuestra vida en las que están presentes, se está viendo reforzada. Hagamos a continuación un breve repaso por algunos ejemplos.

Un primer aspecto, que no es quizás el que más se esté poniendo de relieve, es el de la información. Estamos acostumbrados a mantenernos al día sobre lo que sucede en el mundo desde soportes digitales, pero el hecho de que, en momentos como estos, con tal cantidad de noticias, datos, entrevistas, comparecencias y los picos de tráfico de que ello conlleva, podamos seguir haciéndolo con total normalidad, es fundamentalmente gracias a las nuevas tecnologías y a su sólida estructura de redes. La labor de difusión de los medios de comunicación no se ha visto comprometida por una pandemia que nos está obligando a quedarnos en casa más conectados que nunca, de manera que podemos seguir informados a la última simplemente conectándonos a Internet, a la radio o a la televisión. Esto es posible gracias a unas infraestructuras de conectividad de calidad que están adaptando su capacidad al aumento de la demanda. Tema aparte merece el hecho de que, en ocasiones, esto puede conducir a una sensación de sobreinformación o que, precisamente esa inmediatez en la información que facilitan las tecnologías puede dar lugar a problemas graves como la divulgación de bulos a escala.

El sector educativo también se está valiendo de la tecnología mediante el uso de plataformas y otros medios para que alumnos y profesores puedan continuar con el curso académico digitalmente.

Si hubiera que destacar un tipo de herramienta especialmente exitosa por su auge durante este período de confinamiento, serían las videollamadas, cuyas aplicaciones han tenido aumentos en sus descargas en el último mes de más del 4000% en algún caso, según datos de un operador de telefonía. Las tecnologías de comunicación están siendo claves para permitir el contacto entre las personas, tanto a nivel personal como profesional. De nuevo en este ámbito, el sistema está mostrando su eficiencia a la hora de dar respuesta tales incrementos de tráfico de datos.

"No podemos olvidarnos del papel que están jugando las tecnologías en el propio ámbito sanitario y de seguridad de esta crisis. Son muy numerosos los casos de tecnologías aplicadas a la lucha contra el virus y a la contención de su propagación: la impresión 3D ayuda a fabricar válvulas, respiradores y ventiladores para cubrir las carencias de suministros en los hospitales o a producir nuevos modelos de máscaras protectoras para los profesionales sanitarios; la ciberseguridad también está siendo vital a la hora de responder ante ataques como los sufridos por los sistemas públicos de salud, el robo de datos o la divulgación de bulos a escala u otras vulnerabilidades informáticas derivadas de una dependencia tecnológica, mayor si cabe en situaciones de debilidad colectiva como esta; la inteligencia artificial y el análisis de datos (big data) a analizar y comprender el comportamiento del virus y la evolución de la pandemia así como a controlar los desplazamientos y rastrear brotes a partir de aplicaciones y el GPS, a través de modelos de tratamiento de datos y predicciones; los drones a atender a las restricciones de distanciamiento físico, por ejemplo para el traslado de material, lanzar mensajes a la población o recopilar imágenes en ciertos espacios urbanos; los robots y vehículos autónomos a traslados o labores de desinfección, entre muchos ejemplos tanto en España como en otros países."

Este es tan solo un pequeño recorrido por unos pocos casos, seguramente los más evidentes, en los que la tecnología está resultando crucial a la hora de afrontar algunos de los diversos efectos de esta crisis. Aunque se trate de un breve repaso, puede resultar suficiente para apreciar la transversalidad que caracteriza a las nuevas tecnologías, con presencia en todos y cada uno de los sectores. ¿Pero qué está sucediendo, concretamente, en el caso de las empresas?

Sin entrar en ningún análisis detallado, a simple vista se pueden observar al menos tres elementos relacionados con la tecnología que están ayudando a las empresas en esta primera etapa desde el inicio de la crisis: el teletrabajo, el comercio online y la capacidad de reinvención.

En primer lugar, el teletrabajo nos está permitiendo a muchas personas trabajar desde casa, como medida de prevención incluso antes de que se declarara el Estado de alarma. Las tecnologías ponen a disposición de las empresas todo un conjunto de herramientas que permiten organizar el trabajo y compartirlo sin depender de las instalaciones de los lugares físicos de trabajo (los servicios de computación en la nube, por ejemplo), así como realizar videoconferencias o acceder en remoto a las mismas funcionalidades disponibles desde nuestro puesto de trabajo. Más allá del hecho de que las empresas con teletrabajo podrán sacar conclusiones de lo que les ha supuesto esta práctica, que de alguna manera está siendo “testada” (aunque sea forzosamente), en términos de ahorro de costes, reducción de absentismo, etc., existe un beneficio inmediato evidente y es que pueden continuar (en mayor o menor medida) con su actividad. Para poder reaccionar con esta flexibilidad, resulta esencial contar con el soporte e infraestructuras necesarios que requiere, en cada caso, esta medida del teletrabajo.

Por otro lado, el comercio electrónico está suponiendo otro elemento diferenciador a la hora de afrontar esta crisis por parte de las empresas dedicadas a la venta. Un estudio sobre la evolución del e-commerce en España desde mediados de marzo contabilizaba su crecimiento durante la primera semana del confinamiento en un 55%, para después mantenerse en un 24%. En tal situación el canal digital puede ser la única vía de mantener la actividad comercial, favoreciendo incluso la expansión hacia nueva clientela que no contara con ese servicio por parte de su proveedor habitual.

En último lugar, cabe destacar los muchos ejemplos de empresas que han modificado su actividad para colaborar ante la emergencia sanitaria. Han transformado sus líneas de producción para centrarse en la fabricación de mascarillas, ropa de protección u otros objetos sanitarios en escasez. La posibilidad de reconvertir su actividad y adaptarla a las circunstancias actuales no está al alcance de cualquier empresa, pero sí está directamente relacionada con la tecnología, siendo precisamente empresas tecnológicas las que pueden contar con tal flexibilidad.

Esta crisis está claramente poniendo de manifiesto el hecho de que, si ya de por sí la tecnología está presente en muchísimos ámbitos de nuestra vida, en periodos extraordinarios y de dificultades como el que estamos viviendo su relevancia puede adquirir todavía mayores dimensiones. Sin embargo, también nos está ayudando a valorar, quizás con más fuerza que nunca, justamente aquello que no es capaz de aportarnos. Seguramente a nadie le cabe la menor duda de que, cuando esto pase, nos desconectaremos (aunque sea por poco tiempo) de tantos mensajes y llamadas que serán sustituidos por tan anhelados besos y abrazos.


Carla Peletier

Carla Peletier

Carla Peletier, facilitadora de investigación de Orkestra, es licenciada en Economía por la Universidad Autónoma de Madrid. Tras cursar el último año de licenciatura en la Universidad Dauphine en París, obtuvo una doble titulación en Economía Aplicada por esta universidad. También es titulada en Máster de Relaciones Internacionales y Comercio Exterior por ALITER Escuela Internacional de Negocios.

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