El sector del Oil&Gas es un sector amplísimo. Si miramos la cadena de valor, en el petróleo va desde el Up-Stream (exploración y producción), pasando por el Mid-Stream (transporte, almacenamiento y refino) hasta el Down-Stream (distribución, marketing y comercialización).

En el gas, la cadena también es muy amplia e iría desde la exploración y producción (Up-Stream), a la licuefacción, transporte, almacenamiento y regasificación (Mid-Stream) y a la distribución y comercialización del gas natural (Down-Stream).

Cadena de valor OIL GAS

Nota: Conviene señalar que en la clasificación de actividades como upstream, midstream y downstream, existen diferencias según la fuente empleada. A modo de ejemplo, en ocasiones el refino y la regasificación se consideran midstream y en otras downstream. En este documento se considera la clasificación como se recoge en la figura 1.

Fuente: elaboración propia de la Cátedra de Energía de Orkestra.

El sector del Oil& Gas es además muy competitivo a nivel internacional. El Up-Stream que representa entre el 80 y 90% de las inversiones de toda la cadena de valor, alcanzó un máximo histórico de inversión en 2014 con 1.450 billones de dólares, cifra que se espera se mantenga o supere en el futuro (1.200 billones de dólares en 2015).

El sector, se enfrenta en toda su cadena a importantes retos tecnológicos, entre ellos la digitalización y eficiencia en costes de los procesos, el aumento de la capacidad de conversión hacia un mix más eficiente de producción y de mayor valor añadido o la búsqueda de mejores medios de explotación de hidrocarburos offshore, lo que requerirá de constantes innovaciones. Además, están los cambios de mercado y las necesidades de competitividad y seguridad industrial junto con el imperativo de la mejora de calidad y el respeto al medio ambiente.

En la CAPV tenemos empresas de primer nivel como operadores en diferentes eslabones de la cadena de valor (con instalaciones industriales complejas y especializadas por su naturaleza, sea refinería o planta de regasificación), así como suministradores de estos en los segmentos tier 1, tier 2, tier 3.

En este sector, la formación, el conocimiento y el desarrollo de capacidades de ingeniería o de gestión, pueden permitir crear industria en base a unos sectores relacionados ya existentes, tema sobre el que trató la jornada empresarial sobre “Formación para la nueva industria del sector Oil&Gas en Euskadi”, organizada por el Economista y con la colaboración de Petronor y del Ente Vasco de la Energía (EVE).

Dicho lo anterior, la necesidad de formación y conocimiento puede enfocarse desde el lado de la oferta o la demanda. Desde el lado de la demanda, debemos preguntarnos qué es lo que las empresas, tanto operadoras como proveedoras demandan o necesitan.

En cuanto a la oferta, deberíamos pensar en las instituciones públicas o privadas que ofertan formación en la CAPV, así como tener en cuenta, los diferentes niveles educativos: Doctorados, Másteres, Grados o Formación Profesional.

Así, por ejemplo, si uno pasa revista a los Grados en la Universidad del País Vasco (UPV) , existen grados en ingeniería eléctrica, electrónica, telecomunicación, informática, mecánica, química y energías renovables. Según los datos, las plazas en ingeniería, en su conjunto, serían del orden de 2.100 (5% aproximadamente del alumnado).

En la Universidad de Deusto , existen también grados de ingeniería en tecnologías industriales, electrónica industrial y automática, informática, ingeniería mecánica, diseño y organización industrial que cuentan con unas 1.000 plazas en los distintos niveles académicos (10% aproximadamente del alumnado). Por su parte, en Mondragón, también existe un conjunto disciplinar que incluye ingeniería de la energía y de ecotecnologías en procesos industriales.

De toda esta relación, llama la atención que no exista una denominación específica de “petróleo” o “gas”, o de alguna especialidad de la cadena de valor, por ejemplo, refino o plantas de regasificación.

Quizás hoy en día existe un foco monotemático en energía sobre renovables, y los estudiantes no conocen el atractivo de trabajar en una industria como la del gas y del petróleo, que desde el punto de vista técnico, presenta gran interés y numerosos retos intelectuales y profesionales.

Si traemos aquí a colación la Ley de Say, podríamos decir que la oferta puede ayudar a crear industria y, por ende a reindustrializar. En todo caso, no parece que vaya a ser fácil que se cree una demanda potente de necesidades en Oil&Gas. Si pasamos revista a los diferentes operadores y proveedores del sector en Euskadi, muy probablemente encontraremos desde el lado de la demanda la necesidad de conocimiento, formación y especialización, no solo para operar y mantener las instalaciones de forma más segura, eficiente y competitiva, sino también para adelantarse al futuro e innovar, tanto en las instalaciones existentes como en el desarrollo de nuevos negocios.

En cualquier caso, si atendemos a los datos más macro de la evolución del alumnado universitario entre carreras técnicas y no técnicas, según datos del Eustat, en el año 2014/2015 de un total de 67.000 alumnos universitarios, unos 16.500 estaban en carreras técnicas (un 24,5% aproximadamente).

¿Cómo juzgar estas cifras teniendo en cuenta que el PIB industrial de la CAPV ronda el 25%? No sé si tenemos, yo los desconozco, datos y parámetros que permitan evaluar mejor si esta cifra es adecuada para el presente y el futuro del País Vasco. En cualquier caso, una cosa es el número y otra la adecuación de los conocimientos y de los perfiles para la demanda. Sobre estos temas Confebask puede ilustrarnos con claridad .

Las cifras anteriores podrían significar que la demanda de las carreras no técnicas es mayor entre la población estudiantil. Aquí cabe una reflexión de cara a hacer interesantes los estudios de ingeniería a los potenciales alumnos y, en particular, cómo hacer atractivo el sector del Oil&Gas para el alumnado.

Siendo importantes los estudios universitarios, no lo son menos los niveles en las enseñanzas no universitarias, como la Formación Profesional (FP). Aquí, en fechas recientes, el Gobierno Vasco, Confebask y sus asociados han puesto en marcha normativa y la promoción para adecuar los perfiles y avanzar en la formación de la FP dual.

Así pues, hechas estas consideraciones creo que existe temática de interés y de repercusión para el sistema educativo del País Vasco y para las empresas del sector (operadores y suministradores de equipos y/ o servicios, ingenieros, etc.).


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