¿Cómo está cambiando la globalización en el nuevo contexto internacional?
¿Qué implicaciones tiene para territorios pequeños y abiertos como el País Vasco?
Históricamente, la internacionalización ha desempeñado un papel central en la competitividad. Las conexiones internacionales de los territorios son críticas porque permiten acceder a flujos de bienes, servicios, conocimiento, innovación, capital humano, físico y financiero a escala global. Estudios de la OCDE como este evidencian que dichas conexiones inciden en la resiliencia de los territorios y en su capacidad para sostener la competitividad y el bienestar ante perturbaciones y crisis.
Una nueva globalización: menos mercancías, más interdependencia
La globalización se encuentra en un proceso de transformación profunda. Tras varias décadas caracterizadas por la liberalización de los mercados, la apertura comercial y una intensificación sin precedentes de los flujos transnacionales de bienes, capitales, servicios y conocimiento, el contexto actual muestra un cambio de rumbo.
Desde la crisis financiera de 2008, una sucesión de shocks geopolíticos, geoeconómicos y sanitarios, como el referéndum del Brexit, la victoria de Trump en 2016, la pandemia de la COVID-19 o la guerra en Ucrania, han marcado el inicio de una nueva etapa de la globalización. La narrativa que sustentó la “etapa dorada” de la globalización se ha debilitado, dando paso a un enfoque donde la seguridad nacional, la autonomía estratégica y la resiliencia económica adquieren un papel central. Esta evolución pone de manifiesto la necesidad de replantear las estrategias de conexión e integración internacional de los territorios y las economías.
En la actualidad, el comercio de mercancías ha perdido dinamismo, pero se han intensificado otras formas de interdependencia transnacional como son los servicios digitales, las plataformas tecnológicas, el turismo internacional, los flujos globales de datos y conocimiento, las migraciones o el impacto compartido de desafíos globales como el cambio climático. Esta nueva etapa redefine las reglas del juego y exige a los territorios adaptar su estrategia de internacionalización para mantener su competitividad.
Europa marca el rumbo: innovación, descarbonización y autonomía
La respuesta de la Unión Europea frente al nuevo contexto internacional se aceleró después de la pandemia de la COVID-19, que puso de manifiesto de forma abrupta la fragilidad de las cadenas globales de valor y reveló vulnerabilidades en sectores esenciales. Su hoja de ruta es la Brújula para la Competitividad, que orienta múltiples acciones para responder a los ejes clave identificados en el Informe Draghi: (i) cerrar la brecha de innovación; (ii) descarbonizar la economía; y (iii) reducir las dependencias.
El País Vasco ante el reto: adaptarse para seguir conectado
Para un territorio pequeño y abierto como el País Vasco, cuya competitividad en las últimas décadas ha descansado en una profunda integración en la economía global, el cambio de paradigma exige una adaptación estratégica de sus conexiones internacionales. En consecuencia, el posicionamiento en Europa es especialmente importante por las oportunidades de colaboración que ofrece en la construcción de un entorno socioeconómico que sea resiliente a las incertidumbres globales.
En coherencia con esa visión y alineado con la búsqueda europea de una política industrial más robusta y estratégica, el nuevo Plan de Industria- Euskadi 2030 tiene la ambición de generar saltos cualitativos en las capacidades industriales a través de proyectos transformadores centrados en fomentar la transformación industrial y la creación de puestos de trabajo de alta calidad.
Para poner en marcha estas estrategias, es necesario contar con fuertes conexiones internacionales, clave para mejorar el nivel tecnológico de las empresas, atraer inversión en los sectores del futuro y garantizar que la industria disponga del talento que necesita.
Sin embargo, no basta con mantener esas relaciones: es fundamental darles un enfoque estratégico, de modo que estén alineadas con las necesidades reales de la industria, especialmente en este momento de transformación.
Conferencia de Competitividad 2025: 24 de noviembre en Bilbao
Con todo lo anterior en mente y conscientes de que la generación de inteligencia estratégica va a ser clave para fortalecer lazos con nuestros socios europeos, el próximo 24 de noviembre Orkestra presenta el Informe de Competitividad del País Vasco de 2025: “La conexión internacional, impulsora de la industria”. En la conferencia analizaremos el posicionamiento de la conexión internacional de Euskadi a través de 3 dimensiones clave: los flujos de comercio, los flujos de inversión, y los flujos de personas y conocimiento.
Comprender y gestionar estratégicamente estas conexiones será determinante para que el País Vasco continúe fortaleciendo su competitividad y resiliencia en la nueva era global. El análisis se verá enriquecido con dos mesas-debate y personas expertas que intercambiaran puntos de vista sobre el estado actual de las conexiones internacionales del País Vasco.

James Wilson
James Wilson es el director general de Orkestra-Instituto Vasco de Competitividad y profesor de la Deusto Business School.
Su principal área de investigación es el análisis de la competitividad regional, de procesos de desarrollo socio-económico, y de las políticas públicas.