El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca ha inaugurado un nuevo ciclo de incertidumbre global que afecta directamente a las empresas vascas. En apenas unos años, la percepción internacional sobre Estados Unidos ha cambiado profundamente: si durante la primera administración Trump era frecuente hablar de una potencia en decadencia, ahora el país proyecta una imagen de renovada fortaleza económica basada en su dinamismo, innovación y liderazgo tecnológico en sectores clave. Sin embargo, algunos analistas empiezan a advertir nuevamente ciertas señales de agotamiento interno, sugiriendo que quizás este vigor económico no esté exento de fragilidades estructurales.

En paralelo, diversos factores internacionales han reforzado el protagonismo económico de Estados Unidos. La prolongada guerra en Ucrania, la escalada de precios energéticos asociada a esta crisis y, especialmente, la transformación estratégica de China, han resultado determinantes en este reposicionamiento. China ha pasado rápidamente de ser un proveedor masivo de manufacturas intermedias a convertirse en un actor expansivo y competitivo en sectores tecnológicos avanzados como los vehículos eléctricos, la manufactura avanzada y las energías renovables—particularmente en placas solares—. Este dominio global, visible en la inundación de productos chinos en mercados estratégicos como la Unión Europea, Estados Unidos o países tradicionalmente afines como Brasil y Rusia, genera tensiones comerciales crecientes y fuertes presiones competitivas que impactan en múltiples sectores industriales.

Frente a este complejo escenario, la segunda administración Trump muestra una actitud comercial considerablemente más agresiva y disruptiva que la primera, especialmente en relación con sus socios norteamericanos del acuerdo USMCA. Recientemente, Trump anunció aranceles del 25% sobre gran parte de las exportaciones provenientes de México y Canadá, reduciendo esa tarifa al 10% únicamente para petróleo y energía canadiense. Esta decisión, que amenaza la estabilidad del propio acuerdo USMCA—paradójicamente promovido por el propio Trump como alternativa al NAFTA—, ha provocado turbulencias considerables en sectores clave como el automotriz. Debido a la profunda integración de las cadenas productivas norteamericanas, estas medidas arancelarias generan incertidumbre sobre la viabilidad de múltiples inversiones regionales, afectando directamente a las empresas vascas que tienen en México una de sus plataformas internacionales más importantes.

A su vez, la ofensiva proteccionista de Trump se extiende hacia Europa. Recientemente, la administración estadounidense anunció aranceles del 25% sobre las importaciones europeas de acero y del 200% sobre productos emblemáticos como el vino, con graves consecuencias potenciales para sectores exportadores clave en economías europeas como la vasca. Esta decisión resulta especialmente preocupante para Euskadi, dada la creciente dependencia que sus empresas tienen respecto al mercado estadounidense, ahora menos accesible por el incremento significativo de las barreras proteccionistas.

En paralelo a esta ofensiva comercial, la política exterior más agresiva de Trump también está modificando los equilibrios estratégicos globales. La creciente percepción de que Estados Unidos es un socio menos predecible y fiable está impulsando a aliados históricos como la Unión Europea, Corea del Sur o Japón a revisar profundamente sus estrategias en defensa y seguridad nacional. Esta revisión estratégica está acelerando considerablemente el gasto en defensa, generando efectos indirectos positivos en ciertos sectores industriales y tecnológicos europeos. En este sentido, Euskadi podría beneficiarse indirectamente de estas inversiones, especialmente en un momento complejo para la industria europea, particularmente en el sector automotriz, que atraviesa una profunda crisis.

A pesar de este entorno complejo e impredecible, hay algo claro: Estados Unidos sigue siendo, y lo será cada vez más, un mercado prioritario para las empresas vascas. Precisamente, la relativamente menor sofisticación industrial estadounidense frente a la europea ofrece oportunidades estratégicas para establecer alianzas industriales basadas en las avanzadas capacidades tecnológicas vascas. Frente al aumento de barreras proteccionistas, las empresas vascas deberán considerar como estratégica la posibilidad de establecerse directamente en EE.UU. y aspirar al sello «made in USA», mitigando así los riesgos derivados de la nueva realidad comercial.

Sin embargo, el tejido empresarial vasco, debido a su reducida dimensión y menores recursos financieros respecto a grandes multinacionales, enfrenta desafíos importantes para instalarse directamente en EE.UU. o adquirir empresas locales. Por esta razón, el apoyo institucional adquiere una relevancia estratégica decisiva. La reciente visita del Lehendakari Imanol Pradales a Washington y Nueva York, así como el anuncio de la apertura de una oficina permanente de Lehendakaritza en Washington D.C., representan movimientos estratégicos clave. Estas iniciativas pretenden reforzar la interlocución política, económica y social, además de movilizar activamente a la diáspora vasca, en una clara apuesta institucional por apoyar la internacionalización del tejido empresarial vasco en un entorno cada vez más exigente.


Mikel Gaztañaga

Mikel Gaztañaga

Mikel Gaztañaga es investigador predoctoral en Orkestra - Instituto Vasco de Competitividad, donde trabaja en proyectos relacionados con la competitividad territorial, la internacionalización empresarial, la gobernanza económica y las políticas públicas. Su investigación se centra en el impacto de los cambios sociodemográficos, institucionales, axiológicos, energéticos y tecnológicos sobre la competitividad de las regiones y naciones, con un enfoque particular en Euskadi y Gipuzkoa. Es graduado en Humanidades (mención en Filosofía) por la Universidad de Deusto, y posee un Máster en Relaciones Internacionales y Diplomacia Empresarial por la misma universidad, así como un Máster en Filosofía de la Historia, Democracia y Orden Mundial por la Universidad Autónoma de Madrid. 

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