NOTA: las autoras de este post basan sus reflexiones en otras previas realizadas por dos investigadoras séniors, Miren Larrea (2021; 2023) y Miren Estensoro (2021) así como en conversaciones informales vividas en Orkestra.

"Siento que tengo que demostrar constantemente quién soy y qué es lo que hago. Tengo que poner en valor en todo momento a mí misma y a mi trabajo científico" (M.L. ,investigadora predoctoral 2023)

Con motivo del 8 de marzo de 2023, mantuvimos charlas informales con mujeres jóvenes que están realizando tesis doctorales. Modelos de relación, invisibilidad, crecimiento comunitario... las perspectivas de investigación y género cobraron protagonismo en ellas. Estas entrevistas nos han servido de punto de partida para reflexionar en torno a las relaciones y el género. Primero, desde la óptica de la invisibilidad; en segundo lugar, desde la perspectiva de la estrategia. Para ello, nos hemos basado en el estilo masculino y femenino; el primero hace referencia a los comportamientos que más frecuentemente se observan en hombres, mientras que el segundo está asociado a las actitudes que más a menudo identificamos en mujeres. El estilo es una característica que va más allá del sexo: no todas las mujeres tienen por qué seguir un estilo femenino.

"Como mujer joven e investigadora que soy, siento que llevo en la mochila todos los apellidos de la invisibilidad" (M.D. investigadora predoctoral, 2023)

La invisibilidad es una sensación compartida. El trabajo basado en las relaciones se considera invisible, como la facilitación de grupos y personas. Siguiendo las reflexiones de Miren Larrea (2021; 2023), hay dos formas de entender el logro y la eficacia: una masculina y otra femenina. La primera concibe el crecimiento desde la capacidad individual, mientras que la segunda lo hace desde lo colectivo. El carácter colectivo está íntimamente vinculado a la relacionalidad; el trabajo relacional se considera invisible; y el trabajo invisible, abstracto. En palabras de Fletcher (2001), las estructuras de organizaciones y empresas invisibilizan sistemáticamente el trabajo relacional. La clave para combatirlo es transformar la tendencia a percibir la invisibilidad como una característica abstracta dado que detrás del trabajo invisible hay prácticas y evidencias reales. No obstante, a menudo, el trabajo relacional se mide en indicadores orientados hacia resultados productivos. Según Miren Larrea hay que dar reconocimiento, valor y visibilidad al trabajo relacional. La reivindicación de este tipo de trabajo, la visibilización del estilo femenino, y la reivindicación por la transformación de las tendencias no son meros caprichos, son posicionamientos que afectan al bienestar de la organización.

“A medida que se premia la productividad, los trabajos de cuidados quedan en la sombra” (I.S investigadora predoctoral, 2023)

Partimos de la idea de que el reconocimiento forma parte de las estructuras de trabajo, y de que el estilo femenino también es estratégico. Queremos poner en valor modelos relacionales que compaginan el crecimiento personal con el bienestar colectivo. Consideramos que el crecimiento colectivo permite la asistencia y colaboración mutua. Sirve también para centralizar los cuidados y las emociones. No hacemos referencia a espacios donde compartir vivencias; menos aún a espacios donde poder llorar. Lo que pretendemos poner sobre la mesa es la posibilidad de explorar nuevas formas de posicionamiento en el lugar de trabajo y abrir nuevas vías al acompañamiento. Esta aproximación busca avanzar en el reconocimiento de las emociones y de los cuidados, en la lectura de las vivencias propias desde una nueva perspectiva. Tenemos la convicción de que las prácticas correspondientes al estilo femenino tienen cabida en este contexto. Nosotras mismas tratamos de guiarnos por estos patrones: el sentido de la conciencia que nos ha alentado a escribir estas líneas, nos ha empujado también a formar un grupo de trabajo de varias doctorandas con el objetivo de agilizar mutuamente el proceso de doctorado. Consideramos que no corresponde descargar nuestros torbellinos laborales con nuestro núcleo privado (familia, amigos o pareja, entre otros). Subrayamos de nuevo que la estrategia va más allá de lo meramente racional y objetivo. La generación y consolidación de estructuras relacionales que promueven el crecimiento comunitario también son estratégicas (Estensoro, 2021)

Conscientes de la multitud de abordajes válidos para la complejidad que presenta el tema, hemos optado por uno en particular. Recalcamos, no obstante, que hay varios factores y capas que encubren el tema y que han podido quedar al margen de esta breve reflexión. En conjunto, esta reflexión pretende abordar la significación del estilo femenino en el ámbito académico, desde la conexión de la perspectiva de género y los modelos relacionales. Hemos partido de la premisa de que las vivencias en primera persona son también vivencias compartidas, lo cual nos ha conducido a enmarcar las nuestras en la literatura sobre género e institución, y realizar un ejercicio de problematización de las mismas.


miren larrea

Maddalen Alkorta

Maddalen trabaja como Técnica de investigación en Orkestra, actualmente en proyectos relacionados fundamentalmente con bienestar y empresa inteligente

Ver perfil completo


Ibon Gil de San Vicente

Naia Begiristain

Naia es investigadora predoctoral en Orkestra, donde trabaja en el marco de proyectos de investigación-acción. Sus actuales áreas de investigación son el diálogo democrático, la gobernanza colaborativa y la participación. Incorpora esos campos de conocimiento en el ámbito del desarrollo territorial. Es graduada en Comunicación y Máster en Relaciones Internacionales y Diplomacia Empresarial por la Universidad de Deusto. En la actualidad Naia está realizando una tesis doctoral sobre la democratización de procesos de co-generación de políticas públicas, en la que hace especial hincapié en el aporte del diálogo y la participación.