Cooperativas e igualdad

Es frecuente leer y escuchar noticias que ponen en valor el papel de las cooperativas en favor de la igualdad de género. Por ejemplo, en una noticia publicada hace un año, Coceta (Confederación Española de Cooperativas de Trabajo Asociado) afirmaba que el 58% de las cooperativas de trabajo asociado fueron constituidas en 2022 por mujeres. Se destacaba que “el funcionamiento cooperativo basado en la participación democrática y la gestión colectiva contribuye a que la brecha de género sea menor que en las empresas mercantiles”.

Como un ejemplo adicional, la Comisión de Equidad de Género de ICA (International Cooperative Alliance) declaró para el Día Internacional de la Mujer de 2023 que las cooperativas son pioneras en la lucha contra las tendencias de género y la brecha digital. Los valores y principios cooperativos constituyen un espacio sólido para generar debates y cambios fundamentales para hacer frente a esta desigualdad.

En un entorno más cercano, la evolución y los avances de la sociedad se reflejan en leyes y normas. Tal y como señala Gaminde (2023), la Ley 11/2019 de Cooperativas de Euskadi establece algunas novedades respecto a la anterior en cuanto al tratamiento de la mujer en estas organizaciones.

• la utilización de un discurso/terminología no sexista (personas miembros; personas socias) que después se mantiene a lo largo del texto (personas administradoras, personas liquidadoras, consejero/consejera...), con la finalidad de dar presencia a los dos sexos en los mensajes emitidos y avanzar así hacia la igualdad de género material.
• Se establece de forma genérica que se ha de procurar la presencia equilibrada de las personas socias en los órganos cooperativos, así como el establecimiento de medidas de igualdad de género, especialmente, las dirigidas a la conciliación de la vida personal, familiar y laboral (art. 32.4).
• Al regular la composición del Consejo Rector, se aboga expresamente por una representación equilibrada de hombres y mujeres, como en algunas de las normas autonómicas mencionadas (art. 47.6).
• También en materia de aplicación de excedentes se fomenta la educación en materia de igualdad, mencionando entre las posibles finalidades de interés público de las contribuciones obligatorias a este Fondo específico «la formación y educación de las personas socias y trabajadoras con el fin de avanzar hacia la igualdad de mujeres y hombres» (art. 72. 1 f).

Es más que evidente que la igualdad entre géneros está presente desde sus cimientos en la vida de las cooperativas.

Me ha parecido interesante un resumen de la jornada organizada por la UEU, Farapi y Lanki, dentro de la 51 edición de la Universidad Vasca de Verano, sobre “Las mujeres en el cooperativismo vasco”. En esta jornada, a través de las experiencias de algunas de las protagonistas, se hizo un repaso de las últimas 6 décadas y de lo que las cooperativas han supuesto para ellas. La evolución de las condiciones y expectativas que expresan las participantes sobre cómo se han relacionado con sus experiencias cooperativas es clara. Las cooperativas han evolucionado junto con la sociedad.

Desde una actitud militante a favor de la incorporación de la mujer al trabajo remunerado en los años 60, 70 y 80 (“el cooperativismo nos enseñó que era posible vivir de otra manera y fue empoderador”), pasando por las cooperativas en los años 90 y 2000 a promover la igualdad (trabajora de Eroski: “Empezamos desde dentro  la transformación: por ejemplo, en el folleto de los juguetes de Navidad, rompimos la división entre juguetes "para niñas" y "para niños"), hasta la actualidad entendiendo las cooperativas como herramientas de transformación social (“Nuestros valores contribuyen al cooperativismo: trabajo en equipo, transformación social, visión crítica, feminismo, y fomentamos así modelos de trabajo”).

En línea con esta evolución, ¿Serán las cooperativas capaces de cambiar con la sociedad en un contexto globalizado? o ¿Serán las cooperativas capaces de cambiar la sociedad en un contexto globalizado? Son preguntas complejas para las que tendremos respuesta dentro de algunas décadas.

Personalmente, no me cabe la menor duda de que las cooperativas, fieles a su misión, seguirán siendo punta de lanza en el impulso de la igualdad de las mujeres tanto en el entorno laboral como en la sociedad en general.